Con una parte de mi familia ganadera Extremeña, un padrino llamado Flavio
(jamonero hasta la médula) y un mentor llamado Juan que me dio el impulso, decidí dedicarme a comercializar por el mundo el mejor jamón ibérico de España, con un objetivo muy claro:

Usar todos los recursos generados para construir una red mundial de escuelas para niñas y niños vulnerables, a través de una fundación llamada Es cuela de la Vida, de la cual nunca jamás nadie podría obtener lucro alguno.

Jaime Sartorius